Ayer fui al oculista. Desde hace tiempo que tenía que ir, por “prevención”, según pensaba yo. Como paso mucho tiempo fijando la vista, ya sea en el monitor o en papel, supuse que no vendría mal una “revisión”. Además, me habían hecho notar en el trabajo, que en momentos la distancia entre mi cara y el monitor era mínima… Así que fui, puse la pera en un aparato (¿foróptero puede ser?), y miré a través de un lente, donde veía una casita con techo rojo y paredes amarillas a lo lejos, en un campo verde con cielo celeste. La oculista […]